lunes, 18 de septiembre de 2017

Análisis | Soundtrack de Baby Driver

Baby Driver: El Aprendiz del Crimen (o simplemente Baby Driver en su idioma original) es una película de Edgar Wright que salió este año (2017) y literalmente rompió con los esquemas de la dirección cinematográfica. 

Sinopsis

La historia se centra en Baby (Ansel Elgort), un chico de Atlanta (Georgia, USA) que sufrió accidente de tránsito con su familia, cuando era pequeño, provocándole una enfermedad conocida como tinnitus, por lo que ahora escucha música todo el tiempo para evitar oír pitidos en su cabeza. Es un excelente conductor y trabaja para Doc (Kevin Spacey), un organizador de crímenes con el realizan robos a bancos y otras organizaciones estatales para, desde luego, conseguir dinero. En el medio, Baby se enamora de Debora (Lily James) una mesera, y es Baby el que debe mantener su vida amorosa fuera de los estragos que le provoca su vida delictiva. Otros personajes involucrados son los ladrones Bats (Jamie Foxx), Buddy (Jon Hamm), Darling (Eiza González), Griff (Jon Bernthal) y el padre adoptivo de Baby, que además es sordo-mudo, Jospeh (CJ Jones). 

Más que una reseña, la intención de esta entrada es hacer un análisis en detalle de la visión de Wright sobre la mezcla audiovisual entre las escenas y las canciones. Así que sino viste la película se advierte que hay spoilers rechonchos. 

Puntaje: 9.5/10. 

    Análisis

Metodología cinematográfica: El genio de Edgar Wright


Edgar Wright, cineasta estadounidense.
Esta película es entretenidísima. El director Edgar Wright - quién también realizó películas como Scott Pilgrim vs. The World (2010) y  fue productor de Marvel's Ant-Man (2015) - tiene un estilo audiovisual característico que puede ser reconocido a lo largo de su trayectoria. Particularmente, Wright se caracteriza por la mezcla musical y coreorgráfica de las canciones que introduce en la propia trama de la historia y de cómo esta se adapta a la música y no la música a la historia, tal y como si fueran videos musicales. Ahora con Baby Driver, parecer ser que su metodología ha aumentado a un nuevo nivel, con un total de 35 canciones inscriptas en la trama misma de la historia, las cuales dictan la narrativa de los personajes y las escenas que transcurren. Esto es totalmente lo opuesto que se hace en una película convencional, ya que primero se graban las escenas, luego se editan y finalmente el compositor de la banda sonora agrega la música. Incluso el mismísimo Quentín Tarantino en persona le advirtió a Wright que su metodología es un poco peligrosa, no sólo porque puede resultar dificultoso acoplar las escenas con las canciones sino porque las productoras deben conseguir primero los derechos de las canciones para poder utilizarlas y escribir un guión completo con las canciones ya introducidas es prácticamente un "salto de fe". Pero Wright lo hizo de todas maneras. Es más, junto con el guión de la película entregó a cada uno de los actores un pendrive con todas las canciones involucradas para que fueran familiarizándose con ellas y la actuación les sea más natural. 
A la izquierda Edgar Wright, en el centro Quentín Tarantino. 

Escena 1: Introducción al personaje de Baby

Portada del álbum The Jon Spencer Blues Explosion! (1992)
de la banda del mismo nombre donde es lanzado el tema
Bellbottoms

La escena comienza con el robo de un banco y con Baby escuchando Bellbottoms de Jon Spencer Blues Explotion. El propio Edgar Wright dijo que esta canción inspiró toda la película. En la década de los 90s, Wright escuchó por primera vez esta canción y notó el riff con el que inicia el bajo el cual, luego de un par de minutos, lleva la canción a una nueva velocidad al mejor estilo garage rock jam. El propio cambio de tempo en la canción le inspiró en su idealización de una persecución de autos que posteriormente veríamos en las primeras escenas de Baby Driver, donde Baby espera a Darling, Griff y Buddy a la salida del banco. 
Parte de la escena del video
musical Blue Song de Mint Royale (2011).

Ya en el año 2011, Wright dirigió un video musical para la banda Mint Royale llamado Blue Song de donde se inspiró para escribir la historia de un conductor que aguarda a sus compañeros de robo, mientras rockea sólo en el auto siguiendo el ritmo de la música, que luego el conductor usa como metrónomo para su conducción. Ya de vuelta en la película, una vez que inicia la canción se puede notar como hasta las sirenas de los policías están acompasadas con la propia canción y que es ésta la que marca los cambios de dirección y aceleración de la persecución. Este tipo de sincronización me recuerda a los primeros trailers de Suicide Squad donde los disparos y el sonar de las balas contra el piso estaban acompasados con el solo de Brian May en Boheman Rhapsody de Queen. No obstante, en aquella oportunidad los productores acompasaron las escenas para que quedaran al unísono con la música, pero en este caso es la escena la que se acomodó para que quedara acompasada con la música. El propio Wright quería que fuera así, incluso hacía sonar las canciones en el estudio mientras se grababan las escenas para que los actores supieran en qué momento y a qué velocidad realizar las acciones. Ya podrán notar que esto lleva muchísimo trabajo pero, en realidad, es mucho más barato que acondicionar la música a las escenas. El hecho de realizar cada cuadro de la historia por separado y luego añadir la música es un proceso lógico válido, si se quiere, y nos ha regalado maravillosas secuencias audiovisuales. En el caso de Baby Driver, las canciones no se van a hacer más largas o más cortas para las secuencias por lo que el cálculo escena-música debe ser matemático.

Escena 2: Una caminata a por el café



Disco del tema Harlem Shuffle
de Bob & Earl (1963).
Esta escena dura aproximadamente unos tres minutos en total y en esencia sólo nos muestra a Baby yendo a por unos cafés desde su casa hasta la "guarida" donde se van a repartir el dinero el atraco anterior. En esta oportunidad, escuchamos el tema Harlem Shuffle de Bob & Earl. Para aquellos que andábamos un poco despistados al inicio quizás la hayan confundido - como me ocurrió a mí - con el comienzo de Jump Around de House of Pain y eso es porque House of Pain de verdad usó la misma introducción que Harlmen Shuffle, algo que se estila bastante en la música hip-hop. El propio Wright dijo que su intención era engañar al espectador creyendo que iba a escuchar una canción cuando en realidad se trata de una con un riff similar, con el objetivo de que el espectador baje la guardia con respecto a la música y simplemente la disfrute. A lo largo de la película, Wright incluye covers de temas conocidos así como también las versiones originales que son menos conocidas. Así, cada parte de la escena está sincronizada con la canción; no sólo la coreografía de Ansel Elgort, sino de los extras que están alrededor. Es más, durante esa escena se pueden notar algunos graffitis en la calle con pequeñas frases sacadas de la canción misma Harlem Shuffle que aparecen mientras Baby camina. El objetivo de todo esto es entender completamente la mente de Baby y cómo esta funciona a través de la música luego de su accidente automovilístico. Cuando nos metemos en la mente de Baby observamos que todo a su alrededor está acompasado con la música. Incluso tiene diferentes iPods y playlists para cada día, momento y emoción, como si estuviera componiendo su propio soundtrack en la vida real. Lo cual es algo que literalmente termina haciendo más adelante en la película cuando él mismo compone un mix de grabaciones. Tal y como creo, la mayoría de las personas tenemos playlist para estudiar, hacer ejercicio, bailar, etc. Volviendo a la escena, la misma fue altamente ensayada y coreografiada. El coreógrafo Ryan Heffington dijo que para que la escena saliera a la perfección él mismo tuvo que realizarla varias veces autofilmándose con la cámara de su propio celular para cerciorarse de que no hubiera errores. Como resultado, tenemos una escena excelente que pareciera sacada de un musical.  

Escena 3: Robo en la oficina postal


Portada del sencillo Neat Neat Neat de The Damned (1977).
Para el robo en la oficina postal y la posterior persecución, se utilizó la canción Neat Neat Neat de The Damned. Particularmente, en esta parte de la película, tenemos la participación de Flea (Red Hot Chili Peppers) quien toma el papel de Eddie Sin-Nariz (Eddie No Nose en inglés) y fue por esta canción con la cual Flea aceptó ser parte de la película. Lo gracioso de esta canción es que dura 2:34 minutos por lo que cuando Wright propuso la idea, el productor audiovisual - Bill Pope - le dijo que ésta no alcanzaría para abarcar todo el tiempo de la escena ni aunque la misma se hiciera lo más rápido posible. Simplemente la canción no podría ser más lenta para que las escenas estuvieran contenidas en ella. ¿Qué hizo Wright? Como todo buen genio inventó una solución de lo más creativa: añadió una nueva escena a la persecución donde cambian de autos y Baby se rehúsa a continuar conduciendo hasta que no rebobine la canción pueda encajar de nuevo con la música.  ¡Y esto es genial! Porque no sólo solucionó el problema de la canción sino que además añadió más características y personalidad al personaje de Baby, contándonos lo obsesivo que está por la música. ¿Quién no ha sentido esa satisfacción de llegar a casa y que la canción termine justo cuando entramos? ¿O de sentir que estamos escuchando una canción y en la mitad de ésta llegamos a donde teníamos que ir o quedarnos sin canción faltando unos pocos metros y no iniciar otra porque sabemos que la vamos a cortar por la mitad? Seguramente a más de uno le ha pasado.


Flea (Red Hot Chili Peppers) en el papel de
Eddie No Nose

Escena 4: Disparos en el garaje

 The Buttom Down Brass 

La canción que está sonando en esta escena es una que ya hemos escuchado en los trailers promocionales y se trata de Tequila de The Button Down Brass,  en vez de usar la versión original de la canción de The Champs. Ahora bien, en la mitad de la canción suena un sólo de batería, el cual, según Wright, se asemeja a un duelo de pistolas, el cual vemos exactamente en la escena. Y dado que hay tantos disparos en la escena, es imposible hacer que los actores escuchen la música mientras actúan, aún con auriculares puestos. Así que los coreógrafos tuvieron que enseñarle a todos los actores involucrados los pasos necesarios para sincronizar la música con los disparos. Por tanto, mientras repetían las escenas, los actores comenzaban a interiorizar la secuencia y el ritmo de los disparos. Un consejo bastante útil por parte de los coreógrafos fue contar en voz alta los disparos y la secuencia de los mismos (algo así como "bam, bam, ba-ba-bam, bam"). 

De esta misma escena es que surge el gesto que vemos de Jaime Foxx como si estuviera fumando un cigarro imaginario. Wright dijo que ese gesto fue una especie de broma simbolizando que él sabía toda la secuencia de disparos y a Wright le gustó tanto esto que decidió incluirlo como parte de la escena (otra forma casual de adentrarnos más en el personaje con pequeños gestos a raíz de la fusión musical de las escenas). 


Escena 5: Huyendo de la policía

Portada del sencillo Hocus Pocus de Focus (1971)

En el robo final, Baby debe huir de la policía y esta vez tenemos la chance de escuchar Hocus Pocus de Focus. El propio Wright dijo que esta era su parte favorita de la película y de hecho el tema Hocus Pocus es un tema, a mi parecer, muy bueno. Lo gracioso es que el estudio que realizaba la película (Tristar Studios) quería cortar la escena porque le parecía irrelevante llenar la película con una escena donde sólo vemos huir al personaje de la policía. Tal era la obsesión de Wright por incluir esta escena que tuvo que pagar él mismo las grabaciones de la misma para que tuviera lugar. Este tipo de rock progresivo asombró a Wright ya que - a diferencia de la inmensa mayoría de los temas - cambia de tempo constantemente, lo cual es bastante conveniente para este tipo de escenas donde las velocidades cambian dramáticamente y no se mantienen constantes (como lo haría una canción convencional). Hocus Pocus es realmente un tema para hacer cardio en una caminadora en modo climbing ya que baja y sube las velocidades constantemente dictando al corredor (en este caso Baby huyendo de la policía) hacia dónde tiene que ir y qué tanto debe correr. Casi tanto como cuando queremos correr el ómnibus que asoma en la esquina...
Se escuchan acordes rápidos de guitarra cuando salta y corre a toda velocidad, y luego cuando decide esconderse entre unos árboles el tema cambia radicalmente a un yodeling (canto a la tirolesa de origen alemán), para más adelante volver a la rapidez de las guitarras cuando huye dentro de un shopping que luego nos regresa a una escena lenta, musicalizada con un acordeón, cuando le roba un auto a una mujer mayor. 


Un poco de ciencia...

La tinnitus es una enfermedad perceptiva que consiste en percibir golpes o sonidos que no proceden de ninguna fuente externa, generalmente como consecuencia de una experiencia traumática o de estrés. Los tipos de zumbidos más comunes son pitidos, ronroneos, siseos agudos o graves, sonido de grillos, el famoso "ruido blanco" de baja frecuencia que se usa en interrogatorios para desorientar a las personas, entre otros. El problema puede tratarse con aparatos para la audición o, en este caso, más cool, atenuando el zumbido con música. Aún no existe tratamiento efectivo de esta enfermedad y no se dejen engañar con posibles pastillas atenuantes que intentan vender en algunos lugares ya que no son más que pastillas comunes que provocan efecto placebo. 


Comentarios finales

Sin dudas que Baby Driver es una película muy original. Redefine los esquemas del contenido audiovisual y cómo las escenas y la música se relacionan entre sí. Afortunadamente, estamos en una época del cine donde la música está volviendo a tomar más importancia en las películas. La música es una parte importantísima de la película y una mala ejecución o composición puede arruinar una buena historia así como una buena banda sonora puede levantar nuestra visión de una historia vacía. Parte del rol del director es cranear todas estas ideas musicales en las historias y no solamente dejar que el maestro de orquesta coloque un par de notas detrás de las escenas. Aplaudo a directores como James Gunn (Guardians of the Galaxy), Zack Snyder (Batman v Superman, y productor de Wonder Woman), Damien Chazelle (Whiplash), Christopher Nolan (la trilogía de Batman, Interestellar, entre otras) que tienen la capacidad de incorporar contenido musical "inteligente" a la trama, aunque siempre de la mano de genios musicales como Hans Zimmer o Justin Hurwitz (aunque en el caso de Guardians of the Galaxy el mérito es más de James Gunn). Me gustaría ver más cine de este estilo en el futuro y espero que se vea reflejado en las opiniones de los que realmente saben y deciden sobre la temática. 

En palabras del propio Bats: "There's some Oscar sh*t right there...". 



















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